Mírame, cobarde.
Juraste no regresar y vuelves a tener un pie dentro de mi
corazón.
Vuelves a querer hacer arder cada rincón de lo que tú
llamabas “hogar”.
Vuelves… pero ya no te quiero, ni te necesito.
Nadie te enseña a evitar ese echar de menos,
A dejar de querer o a cerrar la puerta de un portazo épico.
A veces incluso nadie te dice lo que no quieres oír,
Porque creen que te hacen un favor.
Al final, todo eso aprendes a hacerlo sola.
Que mejor que tú, para salvarte la vida.
Y decir que te mereces algo mejor que un amor al que
prostituyen a golpes.
Sálvate, joder.
Que los superhéroes no existen.
Y que si de verdad quieres enamorarte o querer a alguien…
Quiérete tú, porque nadie lo hará mejor.
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