sábado, 10 de febrero de 2018

Casa, ahora vivo aquí.




Me he despertado
sin saber en qué día vivo.

Y miento,
sé perfectamente
en qué lunar de tu cuerpo me encuentro.

Es en ese que tienes cerca de tu ombligo,
y al que es difícil de llegar si no te dejas domar.
Porque tú, no perteneces a cualquiera.
No hay domador que te consiga amansar
ni amanse las fieras más salvajes de tu interior.

Me he despertado
con tus besos llenándome todo el cuerpo.

Sabes a ese café suave e intenso
que me gusta tomar cada mañana.
Te acercas a mis labios…

Y repito…
Y repito…

He perdido las llaves.
He perdido mi camisa favorita.
He perdido mis ganas de salir de la cama.
(No quiero encontrarla vacía cuando vuelva).


Hazme perder el tiempo
que no tengo prisa en recuperarlo.


Aún sigue lloviendo dentro de ti.