que no conocen de heridas,
que están donde no se juzgan,
que están donde les lleva toda su locura.
Quisiera saber
si tu también sientes
ese mar de sensaciones
recorriendo tu cuerpo
cada vez que mi mirada
se cruza con la tuya
y siento esas enormes
e inmensas
ganas de besarte
hasta dónde nunca nadie
ha llegado antes en tu cuerpo.
Cuando te veo sonreír
todas mis grietas
vuelven a unirse
a pesar de que tarden algunos días
en volver a crecer
y amarrarme a mi cordura.
Porque pido perdón
por el daño que causo
sin poder controlar a estos pensamientos,
que me comen por dentro
y que se debaten a cara y cruz
por saber que parte de mí
saldrá a la luz para devorarte esta vez.
Eres mi obra de arte favorita,
eres el museo dónde guardo
cada retazo de felicidad,
dónde lloro mis fracasos
y calmo mis dudas.
Eres la parte favorita de mi día a día,
aunque a veces no te soporte,
aunque me enfades,
aunque me hagas llorar,
y llorar otros ratos de alegría,
aunque no seas perfecta;
es lo que te hace maravillosa.
Si un día te vas de mi lado,
quiero que sigas siendo libre
y feliz
como cuando te conocí,
como aquel día en que nos conocimos.