lunes, 12 de marzo de 2018

Grítame, Bukowski.

 
Vuelve conmigo.
A la cama.
O cómo quieras entenderlo.
 
Sabes que puedo convencerte,
colarme dentro de tus pliegues
recorrerte con mi lengua
hasta que lo necesites...
y tengas que pararme con tus piernas.

Quiero ser letal para ti,
que me veas llegar y
te enciendas
te mojes
y me pidas que esté dentro
otra vez de tu húmedo sexo.

Me reclamas con tu boca
que baje
y vuelva a empezar
porque te da la gana.

Que me calle, 
qué necesitas que lo haga 
como te gusta
y a mi me pone.

Quiero hacer que te tragues tus "no sé", 
cada vez que me sientas más dentro, 
más fuerte.

Que te dobles,
que no me hagas bajar el ritmo,
que me dejes follarte duro.

Que te corras conmigo,
ponerte a 4 contra la cama
que duela,
que siga,
y terminemos con un "joder"
que suene por toda la casa.

Abrázame,
no te vistas tan rápido.

No huyas de mí.

miércoles, 7 de marzo de 2018

Prófugos.


Tú y tu maldita manera de hacerme ver 
que los Domingos es tu día favorito 
gracias al desayuno.
Que entrar en la ducha de tu mano 
es batalla perdida 
de miradas asesinas. 

De más calor y menos frío.

No sé que me has hecho por dentro 
pero no dejo de tener cosquillas 
dónde antes solo había carne y hueso.

Se me escapan suspiros de verte tan guapa, 
mojada 
y oliendo a mi otra vez.

Quiero ver tu cuerpo acoplándose al mío 
cada vez que tengamos ganas de matarnos. 
De arrancarnos la piel a mordiscos. 
De querernos hasta que ya sepa tocar con mis manos
cada una de tus cicatrices. 
Tus lunares. 
Y me conozca de memoria tu cuarto entero.

Por arriba, 
por abajo, 
sobre la mesa, 
en la cama... tú sobre mí.


No dejes de quererme todavía... 
susúrramelo con tus manos sobre la cara. 
Bésame, como si fuera la primera vez que lo hicimos. 
Más lento. 
Más despacio. 
Más mariposas. 
Y me matas siendo tú. 
Siendo mía. 
Y yo tuya, mala mujer. 

Te vas a hacer famosa de estar a mi lado. 
Nadie sabe de ti, 
pocos te conocen 
y muchos quieren descubrir nuestro secreto.

Yo digo qué aún no es el momento de huir. 
De dejar de escondernos del resto. 

Quédate conmigo, guerrera. 

Y dejemos el mundo más bonito desde nuestro colchón.