miércoles, 7 de marzo de 2018

Prófugos.


Tú y tu maldita manera de hacerme ver 
que los Domingos es tu día favorito 
gracias al desayuno.
Que entrar en la ducha de tu mano 
es batalla perdida 
de miradas asesinas. 

De más calor y menos frío.

No sé que me has hecho por dentro 
pero no dejo de tener cosquillas 
dónde antes solo había carne y hueso.

Se me escapan suspiros de verte tan guapa, 
mojada 
y oliendo a mi otra vez.

Quiero ver tu cuerpo acoplándose al mío 
cada vez que tengamos ganas de matarnos. 
De arrancarnos la piel a mordiscos. 
De querernos hasta que ya sepa tocar con mis manos
cada una de tus cicatrices. 
Tus lunares. 
Y me conozca de memoria tu cuarto entero.

Por arriba, 
por abajo, 
sobre la mesa, 
en la cama... tú sobre mí.


No dejes de quererme todavía... 
susúrramelo con tus manos sobre la cara. 
Bésame, como si fuera la primera vez que lo hicimos. 
Más lento. 
Más despacio. 
Más mariposas. 
Y me matas siendo tú. 
Siendo mía. 
Y yo tuya, mala mujer. 

Te vas a hacer famosa de estar a mi lado. 
Nadie sabe de ti, 
pocos te conocen 
y muchos quieren descubrir nuestro secreto.

Yo digo qué aún no es el momento de huir. 
De dejar de escondernos del resto. 

Quédate conmigo, guerrera. 

Y dejemos el mundo más bonito desde nuestro colchón.

2 comentarios:

  1. Haces magia con cada frase que escribes Cristina. Que soltura tienes escribiendo. Me ha encantado esta publicación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por pasarte por aquí y usar un poquito de tu tiempo para leerme y comentar. Con cosas pequeñas como esta, me sirve para tener un punto de vista o mejorar mis fallos. Me alegro de que te haya gustado y es un elogio tus palabras tan bonitas. Un beso Delia.

      Eliminar