martes, 30 de septiembre de 2025

Burning Wild


Te encuentro y el mundo se quiebra.
Tu piel me reclama como si nunca hubiera dejado de hacerlo,
y cada roce despierta todo el tiempo que estuvimos separadas.

No hay suavidad:
mis manos te atraviesan,
mi boca te devora,
mi deseo se clava en ti como cuchillo en carne viva.

Nuestros cuerpos gritan antes que nosotros.
Cada beso rompe silencios, cada roce trae recuerdos,
cada gemido es un pacto que no pudimos decir antes.

Te busco como se busca la vida
y te encuentro en cada escalofrío, en cada latido,
en cada grieta que el tiempo no pudo cerrar.

Amor y deseo se confunden hasta volverse uno:
nos arrasan, nos reconstruyen,
nos hacen sangrar y vivir al mismo tiempo.

Nada ha cambiado: todo estuvo aquí, esperando,
y ahora nos consume, nos quema, nos devora,
hasta que no queda miedo ni silencio,
solo este fuego salvaje que nos mantiene vivos,
que nos recuerda que te he echado de menos
como se extraña la sangre,
como se extraña la vida.

Y si el tiempo arranca todo lo demás,
si tu voz se disuelve en el aire
y tu rostro se vuelve un recuerdo borroso,
lo único que no sabrá desaparecer
es este amor implacable,
crudo, paciente, indestructible,
que no se transforma ni cede,
aunque yo misma me canse de sostenerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario