
Dime qué quieres a cambio de dejarme respirar.
He sangrado hasta vaciarme,
hasta sacarte de dentro,
y sanar las heridas que dejaste.
Borrar la imagen de tus manos
apretando mi cabeza contra la pared,
mientras te negaba mil veces,
aferrándome a la idea de que volverías...
Pero solo conseguí retorcerme en la noche,
envuelta en canciones que llevaban tu nombre,
apretando el vaso para cortar el dolor.
Seguí jugando con la incertidumbre,
como si fuera esperanza,
y me quemé,
cambiando ese dolor por besos baratos.
Ahora solo quiero que todo termine.
Que deje de ser abril,
que no me pidas imposibles
en este marzo que me oprime,
que no acaba de ahogarme con sus días.
Porque si supieras cuánto te odio,
sería igual a la forma
en que no puedo dejar de quererte.
Me asfixias,
me desbordas.
Nunca debí construirte ese palacio,
porque ahora no consigo derribar sus muros
para que caigas del altar que te levanté.
Bonito
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