viernes, 13 de septiembre de 2019

El origen del hambre invisible.




Y cuando jugamos al escondite,
ese es mi momento de paz
hasta la próxima vez que vuelves a aparecer
diciéndome que porque no he ido a buscarte.

Pero ya te encargas tú de volver por ti misma
y traer mis recuerdos en esos labios
que no han dejado de morderme
y susurrarme que no me ponga celosa,
que ya has vuelto con la anestesia
y pornografía emocional que tanto necesito
para parar este hambre invisible
(re)vestido de deseo
que lleva tu nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario