
No he visto imagen más bonita que
la de esa curva que me llevas en los
labios,
ni la curva de tu cadera
estampándose contra la mía.
Tengo
miles de preguntas desde que estás aquí,
desde
que te has colado en este hueco inútil
y
frío a veces se desubica de sitio
cuando
lo calientan un poco;
sigo
sin poder contestar a ninguna de esas preguntas
con
las que tu me estás poniendo a prueba
porque
has vuelto a apretarme estos miedos
que
no me dejan abrir las puertas
que
me conducen más a mí.
Siento
como bajas por mi cuello,
siento
tus manos apretando con fuerza
tras
mi nuca y tu lengua bajando;
no
te cansas de verme sufrir.
Te
encanta verme así,
te
encanta tener este poder que te doy
para
mantenerte viva un poco más
y proclamarte reina de cada unos de mis miedos
y
de todos mis incendios fuera de control
que
llevan tu nombre intencionadamente.
Y
no sabes lo que me pone dártelo todo.
Mi
villana más temida,
mi
heroína más valiente,
mi
jodido cuadro de Rembrandt.
Hazte
un poco más la dura,
déjame
lamer tus sombras.