miércoles, 12 de septiembre de 2018

Resiliencia.


He decidido callarme. No hablar de nada. No pensar. No actuar. No esperar. Mirar por la ventana y seguir como los millones de razones que se tiene para continuar y decirle a todos lo de puta madre que estás. Que la cafeína sigue siendo mi mejor amiga contra esa ansiedad profunda. Que la música me calma cuando necesito paz. Que mi cuaderno y mis letras son mi cabeza en su más estilo laberinto de incertidumbres. No puedo decir dónde está mi corazón, ni siquiera yo lo sé. Supongo que se está ahogando y estrangulando con esa soga que tanto ha intentado evitar. Matando cada parte de ilusión que le queda en medio de tanto alboroto. Necesita un trago de tequila, y yo un poco de pausa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario