viernes, 9 de diciembre de 2022

Animales nocturnos II.

 


     No se lo he dicho a nadie, 
pero en mi cabeza 
ya me has matado de distintas maneras.

Tienes ese fuego dentro cuando me miras, 

y noto esa tensión que dejas sobre mí;

quiero que (me)descubras.


Creí que mantener mi mente ocupada ayudaría, 

pero no es así, 

sigue haciendo mucho ruido, 

y me golpea aún más fuerte

porque me pides guerra,

y yo quiero luchar.


Me declaro traidora 

ante mi propia conciencia; 

me pueden estas ganas

de amarrarte y que

no puedas escapar de mí.


Tengo un apetito feroz

y aún ni he empezado a probar 

todo lo que quiero hacer contigo.



De noche busco tu cara,

y siento tu lengua;

también quieres jugar conmigo.

Sé que te gusta, 

sé que te pierdes

entre los laberintos 

de mi cuerpo;

quieres más que mi ropa,

me quieres a mí

para llenarte entera.


Desearía tenerte sobre mí,

sentir tu humedad entre mis dedos

y probarlos en mi boca;

me gusta tu sabor.

Y me excitas,

escucho mi nombre entre tus labios,

cómo me lo gimes…

puedo oír susurrar lo que tanto me gusta saber;

todo lo mía que eres y serás.



Ojalá algún día la culpa me castigue,

me mate por dentro

por todo lo que 

pienso y quiero

follarte.





sábado, 20 de agosto de 2022

Elena.




Nos amamos como niños 
que no conocen de heridas,
que están donde no se juzgan, 
que están donde les lleva toda su locura.

 

Quisiera saber

si tu también sientes

ese mar de sensaciones

recorriendo tu cuerpo

cada vez que mi mirada

se cruza con la tuya

y siento esas enormes

e inmensas

ganas de besarte 

hasta dónde nunca nadie

ha llegado antes en tu cuerpo.

 

Cuando te veo sonreír

todas mis grietas 

vuelven a unirse

a pesar de que tarden algunos días 

en volver a crecer

y amarrarme a mi cordura.

 

Porque pido perdón

por el daño que causo

sin poder controlar a estos pensamientos, 

que me comen por dentro

y que se debaten a cara y cruz

por saber que parte de mí

saldrá a la luz para devorarte esta vez.

 

Eres mi obra de arte favorita,

eres el museo dónde guardo 

cada retazo de felicidad,

dónde lloro mis fracasos 

y calmo mis dudas.

 

Eres la parte favorita de mi día a día, 

aunque a veces no te soporte,

aunque me enfades,

aunque me hagas llorar,

y llorar otros ratos de alegría,

aunque no seas perfecta;

es lo que te hace maravillosa.

 

Si un día te vas de mi lado, 

quiero que sigas siendo libre 

y feliz 

como cuando te conocí,

como aquel día en que nos conocimos.


Sé que soy un idiota.
Pero por favor,
di que te gusta esta idiota.

viernes, 24 de diciembre de 2021

Hogar.


Me gusta que me provoques,
me gusta sentir tu saliva inundando mi boca,
me gusta rendirme a tus pies
para que me hayas de las tuyas
y descubrir,
que en silencio 
también creamos fuego
haciéndonos polvo.

Tienes todo lo que no buscaba 

y que ahora no puedo dejar de echar de menos. 


Tus besos húmedos 

que me sacan una risa tonta, 

tú lengua 

pidiéndome guerra, 

tus manos 

buscándome bajo la ropa, 

tus piernas 

enredándose en mi cintura para no dejarme escapar,

y me pides una vez más, 

un asalto más;

me gimes todo lo que me gusta, 

me muerdes donde me vuelvo débil

para llevarme hasta tus trampas.


Y es que eres mi reina mora, 

mi diosa griega del Olimpo;

no logro resistirme a ti.


No soy capaz de detener 

a este corazón 

salvaje 

y atolondrado. 


Quiero que sepas

que en este mundo de hipocresía, 

quiero que seamos dos bichos raros 

a los que todos miran, 

pero a los que nadie ve. 


Sé que eres hogar,

sé que eres el lugar

dónde volver a encontrarme

y reencontrarme

aunque mi naufragio

y mi desorden 

no tengan nunca un final. 


“Como un vicio que me duele, 

quiero mirarte a los ojos

y besarte hasta morir”.


Pequeño gigante de hierro.


 Volver a conocer a tu enemigo,
volver a mantener esa lucha diaria,
volver a compartir la misma habitación,
sin sentirte fuerte,
ni quiera valiente,
pero a veces
no hay otra opción
ni otra elección.

Te obligan a "sobrevivir",
ese es el grito
que todos dicen,
que nadie escucha.
Y es otro día triste,
otro día que finges sonreír,
que todo va "bien",
sin ganas de ocultarlo en el fondo,
forzando el autoestima
hasta el suelo
y todo ello,
porque nadie quiere
ver los desastres
que se crean
a raíz del egoísmo.

Mi grito
asfixia,
se revuelve,
ahoga
y quema;
todos lo ven,
pero nadie lo abrazan.




viernes, 19 de febrero de 2021

Begin again.


   Siempre he sabido que,

si se trata de oveja negra,

aparece mi nombre en el diccionario. 

 

Aparece lleno de automatizaciones y expectativas

de las que estoy cansada de asumir cada día.

 

Estoy cansada de no poder equivocarme,

de no gobernar mi vida por mis decisiones

y mis juicios de moral

(porque siempre querrá opinar alguien),

de no poder llorar

porque siempre hay preguntas

que no me dejan respirar.

 

Entre eso y otras cosas,

he decidido rendirme.

He decidido rendirme

porque no quiero envenenarme.

 

Porque ahora lo único que necesito

es que me pregunten como me siento,

sí soy feliz y que realice sucesivas preguntas que se relacionan,

pero que hace mucho que nadie las hace.

 

Quiero poder mirar a mi pareja

y poder decirle que todo está bien,

que no siento esa presión en el pecho,

que sólo tengo ojos para ese momento

y no siento esas ganas de irme de algún lugar

sólo porque no dejo de pensar

en todas las cosas que tengo en mi cabeza.

 

Quizás esto me lo escribo a mí,

porque hace mucho que me abandoné,

que no me he dado el valor que me merezco

y porque se me olvidó querer a la persona más importante;

a mí.

 

A la que se mira frente al espejo

y se odia cada día

por tener que haber fingido lo que no es,

lo que no quiere ser,

lo que no necesita en estos momentos.

 

Pero también me admiro,

porque soy tan fuerte de seguir adelante

que no necesito ninguna medicación

para soportar tanto golpe día tras día,

ni me he olvidado de sonreír.


Y entonces un día,

empiezas a vivir de nuevo.

 

Te perdonas,

reinicias,

encuentras paz

entre el ruido de la gente.


 

miércoles, 12 de agosto de 2020

Watermelon sugar 🍉


Y sin saber qué hacer conmigo, acabé encontrándote a ti. 



Encontrando a todos estos pequeños momentos de felicidad 

que sigo coleccionando contigo y a todas las canciones 

que nos acompañan para crearnos nuestros propios videoclips mentales 

para hacerme reír incluso en mi peor día. 


Al final siempre consigues sacarme una sonrisa por mucho que te cueste 

y es que es eso lo que me tienen enamorada de ti: 

toda tú, la chica más loca que conozco después de mí.

 

Podría acostumbrarme a ti las 24h del día los 365 días del año. 


Poder despertarme y ver esos ojos que me miran 

como si no me acabaras nunca de querer 

en cada hueco de ti. 


Y es que soy tan tuya y tan de ti, 

que no quiero cambiar de piel otra vez.

 

Te digo de broma que a veces veo mi futuro incierto, 

y que aparecías tú sonriendo. 


Será porque es así como quiero verlo e imaginarlo, 

siendo feliz al escuchar tu nombre de forma diaria. 

Viéndote prepararme el café cada mañana antes de irme al trabajo 

y después, poder llamarte al salir para escuchar tu voz 

y reírme con nuestras tonterías. 

Y me gusta mucho ese futuro 

dónde no se pierde nuestra magia.

 

Y es que se ha pasado todo tan rápido, 

tantos días, 

semanas, 

meses y casi un año ya 

desde que te conozco, 

que no me he dado ni cuenta del transcurso de los días. 


Pero aquí sigo, 

existo, 

estoy aquí para volver a elegirte cada 7 de diciembre. 


[Y nunca se me olvida lo felices que nos hacemos, 

porque no hay mejor equipo de rescate que el nuestro].

 

Me has querido tanto... 

que no te ha hecho falta ni el manual de instrucciones 

del que tanto te quejabas por no poder localizar su ubicación.

 

Al final, con tus esquemas has montado cada una de mis piezas 

y has logrado lo que te propusiste: reconstruirme 

(con el pegamento especial de tus abrazos).

 

Y resulta que tu sonrisa 

es la que cura todo.


viernes, 15 de mayo de 2020

Tu eres mi poesía.


Te pienso besar hasta que me recuerdes quién soy,
quién soy contigo.

Y entonces me buscas,
y te busco
entre nuestras miradas,
nuestras ganas de quedarnos un poco más
con las sábanas tiradas por el suelo
y mis besos recorriéndote.

Que guapa te pones cuando me miras
y me dices de esa forma tan peculiar
que no dejas de quererme ni un segundo.


Sonrío
y quedándome clavada en tu boca,
hago que empiece bajar mi mano
para ponerte nerviosa,
para descubrir más cosas de ti
de las que ya conozco.

Quiero hacértelo todo.

Todo lo que me gusta,
en todos esos sitios
que son
un espectáculo si es contigo.

Aunque aún no he escrito
que quiero matar todas mis ganas
dentro de ti.

Engañarte a besos,
explotarte la risa floja,
de tanto hacer ese deporte extremo
de encajar posiciones
de tu cuerpo con el mío.

Enseñarte las 51 formas
de decirte que te quiero
de la misma forma
que cambio el sonido de tus gemidos.
respirando el mismo aire.

En definitiva,
ver cómo te mueres por mí.

Sin saber que lo malo de quererme
y morir por mí,
es que soy un incendio sin control
con el que querrás volver a incendiarte
mientras yo te escribo en la boca
cada una de las letras de mi nombre.